La boda de Paula y Álex fue un proyecto especial desde el principio. Se daban muchas circunstancias que hacían de esta boda un caso particular.Para empezar, el lugar, una finca en Ribadeo con unas vistas al mar increíbles en la que solo había un capilla. Y decimos solo porque no disponía ni de luz ni de agua ni ninguna otra instalación. Aceptamos el reto y ya os adelantamos que salió bien a pesar del tiempo.

Y es que no solo por esto era una boda diferente, sino porque era la primera vez en la que podíamos celebrar una boda religiosa al aire libre, si como lo oís, fuera de la iglesia. Eso sí, el plan B nos exigía un trabajo extra ya que si llovía tendríamos que trasladar una decoración exterior a una interior.  Hasta aquí no parece nada especial porque es lo que suele pasar con las ceremonias civiles, pero en este caso el plan de lluvia era otra iglesia. Esto significa que hay condicionantes previos marcados por la naturaleza del lugar, por lo que tuvimos que diseñar una decoración que fuese muy flexible y cumpliese perfectamente en dos espacios opuestos.

Y cuando teníamos la ceremonia montada y lista, la lluvia hizo su aparición con fuerza y nos complico el inicio de la jornada. Recogimos corriendo y trasladamos la ceremonia a la iglesia del plan B, con todo el operativo que conlleva, de ahí la importancia de una buena coordinación de todo el equipo de la boda.

Afortunadamente luego el agua nos dio una tregua y los invitados y los novios pudieron disfrutar de los aperitivos en el exterior como teníamos previsto.

Para la comida usamos una carpa con laterales transparentes que dejaban ver toda la costa de Ribadeo por un lado y el bosque por el otro. ¿Se puede tener un entorno más bonito? Todos disfrutaron de un día inolvidable y así lo captaron los artistas de Boquerón á feira, con los que ya hemos hecho el #teambarro porque no hay nada que nos pare.

Para la decoración floral pensamos en darle un toque de color con tonos vivos que destacaran entre el verde y azul natural de las vistas. Peonías, rosas inglesas, hortensias, escabiosas o dalias entres otras aportaron esa energía que buscábamos. Aprovechamos unas ruinas de una casa antigua para plantear el seating & photocall y así integrarlos en la localización. Además planteamos unas guirnaldas verdes para vestir la carpa ya que al ser una boda de día la iluminación quedaba en un segundo plano.

Y así, en medio de una tormenta, Paula y Álex tuvieron un día perfecto.

Esperamos que os guste, ya veis que no hay nada imposible!

boda ribadeoboda ribadeo

Fotografía – Boquerón á feira

Vídeo – Cinema para 2

Flores – Susiflor

Catering – Restaurante España

Música – La Duendenta

Barra libre – La buena vida projects

Papelería – Mary Clove